La cocina de la papa o patata, tubérculo consumido desde hace más de 8 000 años se desarrolló en un principio en América del Sur, especialmente en los Andes centrales, y a partir del siglo XVI se expandió a Europa y luego al resto del mundo, con lo que la diversidad de formas de cocción y de recetas se ha diversificado en gran medida en los últimos siglos. La papa es una buena fuente de glúcidos, proteínas y vitamina C y es relativamente fácil de cultivar.
Cocida a la brasa, al vapor, en caldo, tostada, salteada, frita, la patata sirve de ingrediente principal, de acompañamiento a otros alimentos o interviene como ingrediente en la composición de diversos alimentos. Se utiliza igualmente como espesante.
Presente en la mesa de las pobres, la patata se usa igualmente para la realización de menús gastronómicos. Se la encuentra en diferentes momentos de la comida, del aperitivo y la pausa del café.
Esta cocina se hace tradicionalmente a base de tubérculos frescos aunque, cada vez más, aparecen productos conservados y transformados industrialmente, sobre todo en los países occidentales.